Cuando buscas conocerlo,
no puedes verlo.
No puedes cogerlo,
pero tampoco puedes perderlo.
Al no ser capaz de obtenerlo,
lo obtienes.
Cuando estás silencioso,
él habla;
cuando tú hablas, él guarda silencio.
La gran puerta
está completamente abierta
para las almas generosas
y ninguna multitud impide el paso.
Poema Zen
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